CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LA GUERRA EN UCRANIA
Trabajo de Análisis
INTRODUCCIÓN
El 24 de febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania. Adicionalmente a las consecuencias entre las dos naciones, dicha acción bilateral ha demostrado que el conflicto trasciende las fronteras de ambos países. En este sentido, de acuerdo con una investigación del Banco Mundial[1], las consecuencias económicas han llegado de distintos canales, incluidos los mercados de productos básicos, el comercio, los flujos financieros, las personas desplazadas y la confianza del mercado. El daño a la economía de Rusia pesará sobre los flujos de remesas a muchos países vecinos. Las interrupciones en las cadenas de suministro y las redes financieras regionales, así como la mayor percepción de riesgo de los inversores, debilitarán el crecimiento regional.
La guerra ha erosionado notablemente las perspectivas económicas mundiales a corto plazo. El impacto económico mundial inicial ha sido principalmente a través de los mercados de productos básicos. Los precios de las materias primas que suministran Rusia y Ucrania, incluida la energía, el trigo, los fertilizantes y algunos metales, se han incrementado considerablemente.
En muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo (“EMDE”), el aumento de los precios de los alimentos y la energía está exacerbando la pobreza y, en algunos casos, la inseguridad alimentaria y las presiones inflacionarias que ya se estaban acumulando como consecuencia de la pandemia de Covid-19.
Los mercados financieros han sido volátiles en medio de una mayor incertidumbre y tensión geopolítica. Muchas EMED importadoras de materias primas han visto salidas de capital y costos de endeudamiento marcadamente más altos. El endurecimiento monetario previsto en las economías avanzadas también se ha acelerado, lo que aumenta la vulnerabilidad a las tensiones financieras en las EMED.
De acuerdo con el Banco Mundial, de prolongarse la guerra entre estos dos países, se podría debilitar aún más la confianza mundial y, por ende, el crecimiento mundial, empeorar la inseguridad alimentaria y aumentar los costos de financiación y el riesgo de crisis financieras en algunas EMED. También podría intensificar la incertidumbre política y conducir a la fragmentación del comercio mundial y las redes de inversión extranjera, canales que en el pasado han desempeñado un papel fundamental en el apoyo al crecimiento, la reducción de la pobreza, la estabilidad de precios y la seguridad energética y alimentaria.
UCRANIA-RUSIA
Sin lugar a duda, el país más afectado del conflicto es Ucrania, desde la pérdida de vidas humanas, la destrucción de ciudades enteras hasta su capacidad económica. La invasión rusa ha devastado la economía ucraniana, debido a que obligó a cerrar 40% de las empresas, destruyó infraestructuras, bloqueó rutas de navegación y redujo a escombros varias ciudades, de acuerdo con datos del Banco Central de Ucrania.
El Producto Interno Bruto de Ucrania cayó un 15.1% en el primer trimestre de 2022 comparado con el mismo período del 2021, anunció la agencia estatal de estadísticas, una consecuencia directa de la guerra. El ministro de Finanzas ucraniano, Serguiy Marchenko, dijo a la AFP en mayo que esperaba una caída "del 45 al 50%" este año. Por su parte el Fondo Monetario Internacional (FMI) augura una caída del 35 por ciento.
La inflación subió a 17% en mayo, según estimaciones del Banco Central del país y dijo que la inflación podría duplicarse en el 2022 desde 10% en el 2021.
Como medida para controlar los efectos de la guerra en la economía del país y proteger los ingresos y ahorros, Ucrania aumentó de forma drástica su principal tasa de interés de 10% a 25%, endureciendo la política monetaria por primera vez desde la guerra, para abordar una inflación que llegó a dos dígitos.
“El banco nacional espera que elevar la tasa a 25% sea suficiente para aliviar la presión sobre el mercado de divisas y estabilizar las expectativas de inflación, lo que a la larga creará las condiciones previas para la transición a un ciclo de reducción de la tasa de descuento”, mencionó El Banco Central de Ucrania en un comunicado.[2]
Por el lado humanitario, de acuerdo con datos de la UNHCR “Operational Data Portal: Ukraine Refugee Situation”[3], la invasión de Rusia a Ucrania está provocando una intensa crisis humanitaria. Se estima que más de 12 millones de personas han sido desplazadas y más de 13 millones requieren asistencia humanitaria urgente.
En segundo lugar y, gracias a las fuertes sanciones económicas que ha recibido por parte de la comunidad internacional desde el inicio de la invasión, Rusia está siendo afectado fuertemente.
Para poner en contexto lo anterior, Castellum.AI, una consultoría de tecnologías de la información con sede en Nueva York, ha estado monitoreando las sanciones contra Rusia desde el 22 de febrero, fecha en que inició la invasión a Ucrania. Al 12 de marzo, Rusia es el país más sancionado en la historia, pues en menos de 20 días, acumuló un total de 3,612 sanciones impuestas. La Unión Europea es el conjunto de países que más sanciones ha impuesto contra Rusia, seguida por Francia, Suiza y Canadá. Por su parte, EEUU mantiene 278 sanciones activas.
Tras las sanciones impuestas por la comunidad internacional, la economía (PIB) rusa debería contraerse entre 7.8% y 8.8% en 2022, informó [RAM1] el Ministerio de Desarrollo Económico del país; la inflación se situó en 17.10% anual en mayo, el nivel más alto desde enero del 2002, de acuerdo con la agencia de estadística gubernamental de Rusia, Rosstat.
Con lo que respecta a la tasa de inflación, el Banco Central de la Federación Rusa recortó su tasa de interés a 9.5%, el nivel anterior a la crisis, desde un aumento de emergencia a 20% después de la invasión a Ucrania en febrero y las sanciones occidentales.
EFECTOS A NIVEL MUNDIAL
La guerra está empeorando las perspectivas económicas mundiales a corto plazo que ya se encontraban deterioradas debido a la pandemia de Covid-19. Está teniendo importantes repercusiones económicas a través de los mercados financieros y de productos básicos, los vínculos comerciales y migratorios, y la confianza de los inversores y de los consumidores. Debido a sus importantes vínculos comerciales, financieros y migratorios directos con Rusia y Ucrania, se prevé que los países vecinos de Europa del Este, el sur del Cáucaso y Asia Central sufran daños económicos considerables.
Asimismo, se espera que los efectos indirectos de la guerra sean negativos en términos netos para la mayoría de las EMDE y hayan contribuido a rebajar el crecimiento a corto plazo en las regiones de Asia Pacífico Oriental y Asia Meridional. También es probable que el efecto neto sea negativo para América Latina y el Caribe, a pesar de la prevalencia de exportadores netos de materias primas en la región, ya que, una respuesta lenta de oferta, las diversas restricciones de los importadores de energía, los problemas inflacionarios y las políticas monetarias limitarán el potencial de la región. [RAM2] Por el contrario, la región de Medio Oriente y África del Norte en su conjunto probablemente verá mejoras en el crecimiento a corto plazo, ya que los beneficios netos de los precios del petróleo fuertemente más altos para los exportadores de ese producto superan las pérdidas netas para los importadores de petróleo en la región.[5]
Crisis alimentaria (granos)
La crisis alimentaria mundial ya era un tema previo a la situación entre Rusia y Ucrania; más de 800 millones de personas vivían en estado de hambre crónica. No obstante, tras el suceso entre dos países que producen suficiente para alimentar a 400 millones de personas y representan hasta el 12 por ciento de todas las calorías comercializadas a nivel mundial, se acrecentó la crisis y agravó el hambre, según datos del NY Times.
Para ejemplificar lo anterior, el precio mundial [RAM3] de los cereales aumentó un 69.5 por ciento, según Reuters, y el de los aceites, hasta un 137.5 por ciento, mientras que el índice general de precios de los alimentos ha subido un 58.5 por ciento.[7]
Rusia y Ucrania son importantes exportadores de varios productos básicos. Como resultado, la guerra ha provocado grandes aumentos y volatilidad en los precios de estos productos básicos.
· Rusia es el mayor exportador de trigo del mundo y representa el 18 % de las exportaciones mundiales; Ucrania representa otro 7 por ciento. Rusia también es el mayor exportador de gas natural (25 por ciento), paladio (23 por ciento), níquel (22 por ciento) y fertilizantes (14 por ciento). También representa el 18 por ciento de las exportaciones mundiales de carbón, el 14 por ciento del platino, el 11 por ciento del petróleo crudo y el 10 por ciento del aluminio refinado.
· Ucrania es el mayor exportador de aceites de semillas utilizados principalmente para cocinar, lo que representa dos quintas partes de la producción mundial, y también es el cuarto mayor exportador de maíz, lo que representa el 13 por ciento de las exportaciones mundiales. Ucrania también produce hasta el 50 por ciento del gas neón mundial, que es un elemento crítico utilizado en la fabricación de chips.
Canasta de exportación de Ucrania en 2019
Como se puede observar, con datos del Harvard Center for International Development, Ucrania es sumamente importante para las cadenas de producción de materias primas fundamentales, sobre todo para Europa, al grado de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró el pasado 11 de junio que la reducción de las exportaciones de trigo y otros productos alimenticios de Ucrania y Rusia generan el riesgo de dejar entre 11 y 19 millones de personas más con hambre crónica durante el próximo año.
Según David Beasley, quien fue gobernador republicano de Carolina del Sur y ahora encabeza el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, eso es lo que implican: la posibilidad de que, como resultado de la actual crisis alimentaria agravada por la guerra en Ucrania, el cambio climático y los efectos continuos de la pandemia de coronavirus, 323 millones de personas estén “en camino hacia la inanición” en este preciso momento, y 49 millones estén “literalmente al borde de la hambruna”.[9]
David Wallace-Wells, columnista del New York Times escribió:
“La guerra trajo consigo sus propios efectos agravantes, como embargos a las exportaciones rusas y un bloqueo que obstaculizó las de Ucrania, donde los agricultores también se esforzaban por cosechar y plantar en medio de la amenaza de bombardeos; el aumento en los costos de los combustibles incrementó de manera considerable el precio de los alimentos al encarecer su transporte y provocar aumentos drásticos en el costo de los fertilizantes, la mayoría de los cuales se producen con gas; y las prohibiciones a la importación impuestas por más de una docena de países, preocupados por su propia seguridad alimentaria, que tensaron el mercado todavía más.”[10]
Los precios de los alimentos y la energía considerablemente más altos se suman a las presiones inflacionarias y generan expectativas de un endurecimiento de la política monetaria notablemente más rápido en todo el mundo. Además, dado que Rusia y Ucrania son grandes exportadores de insumos de materias primas que se encuentran en etapas anteriores de muchas cadenas de valor mundiales, la escasez de estas materias primas puede afectar gravemente a una amplia gama de industrias a nivel mundial, incluidas las de alimentos, construcción, petroquímica y transporte.
La guerra repercutirá en todo el mundo a través de los mercados financieros y de productos básicos, así como de los flujos de refugiados. Ya ha causado la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, aumentos repentinos en los precios de las materias primas, interrupciones en el comercio mundial y volatilidad en los mercados financieros.[11]
Gas y petróleo
Varias economías importantes de Europa dependen de Rusia para obtener gas natural y petróleo. Los mercados energéticos han sido los más afectados tras la invasión. Desde el comienzo de la guerra, los precios del carbón se han disparado en un 60 por ciento y el gas natural europeo en más del 30 por ciento. Los precios del crudo Brent alcanzaron un máximo de 10 años de $130 por barril a principios de marzo cuando el Reino Unido y EE. UU. prohibieron las importaciones de petróleo ruso; sin embargo, los precios luego cayeron a cerca de $110 por barril.
Rusia es el tercer productor de petróleo crudo en el mundo, después de Estados Unidos y Arabia Saudita, y el segundo productor de gas natural, tan sólo detrás de Estados Unidos. De acuerdo con Jesús Carrillo, director de Economía Sustentable del IMCO[12], para Rusia, los combustibles y productos energéticos representan el 63% del total de sus exportaciones, y tan sólo el gas natural y el petróleo crudo representan el 12% y el 26%, respectivamente. En otras palabras: casi cuatro de cada diez dólares que ingresan a Rusia por sus exportaciones provienen del gas natural y el petróleo crudo.
Canasta de exportación rusa en 2019
La dependencia de Europa hacia Rusia en materia de energía hace que su economía sea vulnerable. Si Rusia reduce las exportaciones de petróleo crudo y/o gas natural a Europa, los precios regionales aumentarían aún más: las exportaciones rusas representan más del 35% de las importaciones de gas natural de la zona del euro, más del 20 % del petróleo y el 40% del carbón, según estimaciones del IMCO. Rusia también depende de la zona del euro para sus exportaciones, ya que alrededor del 40 por ciento de su petróleo crudo y gas natural van a la zona del euro. Si bien Rusia eventualmente podrá redirigir algunas de sus exportaciones de gas y petróleo a otros países, esto se verá limitado por la infraestructura de gasoductos existentes y las distintas sanciones que puedan recibir.
Inflación mundial
El impacto de la guerra en la inflación ha sido severo. En la siguiente gráfica se muestran las tasas de interés actuales de algunos países y su variación en puntos base desde el inicio de la guerra, aunque ese efecto puede ser consecuencia de diversas causas.
La OCDE, un organismo que conjunta a 38 países, entre ellos los más desarrollados del mundo, alertó que si se mantiene esta situación, el crecimiento del PIB a nivel mundial caería 1 punto porcentual, mientras que la inflación global aumentaría 2.5 puntos en 2022[RAM4] .
El organismo informó recientemente que, en febrero, la inflación de sus países miembro fue del 7.7% interanual, la tasa más alta registrada desde diciembre de 1990.
El caso más destacado fue el de Turquía, que presentó una inflación interanual del 54.4% en febrero, superior incluso a Argentina (52.3%). Pero no es el único caso: en España, por ejemplo, la inflación se encuentra en el 10% interanual, su valor más alto desde 1985. Y en Estados Unidos llegó al 8.6% en el año, la mayor cifra en 40 años.
El Fondo Monetario Internacional[13] declaró que el daño económico causado por el conflicto contribuirá a una desaceleración significativa del crecimiento mundial en 2022 y atizará la inflación. El organismo proyecta que el crecimiento mundial se desacelere del 6.1% estimado para 2021 a 3.6% en 2022 y 2023; es decir, 0.8 y 0.2 puntos porcentuales en 2022 y 2023 que lo previsto en enero. Más allá de 2023, el crecimiento mundial disminuiría a alrededor de 3.3% a mediano plazo. El encarecimiento de las materias primas provocado por la guerra y la ampliación de las presiones de precios se han traducido en una inflación proyectada para 2022 de 5.7% en las economías avanzadas y de 8.7% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo; o sea, 1.8 y 2.8 puntos porcentuales más que lo proyectado en enero.
América Latina y el Caribe
De acuerdo con un informe de la ONU[14], las economías de América Latina y el Caribe enfrentan una coyuntura compleja en el 2022 debido al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. En el ámbito regional, el menor crecimiento esperado se verá acompañado por una mayor inflación y una lenta recuperación del empleo. Según nuevas estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el actual contexto, donde el conflicto de Ucrania ha agudizado los problemas de inflación, aumentado la volatilidad y costos financieros, se prevé un crecimiento promedio de 1.8% para la región. Las economías de América del Sur crecerán 1.5%, las de América Central y México un 2.3%, mientras que las del Caribe crecerían un 4.7%.
A marzo de 2022, se estima que la inflación regional fue de 7.5%, y muchos bancos centrales de la región anticipan que la inflación se mantendrá elevada en lo que resta de año, en virtud de la mayor incertidumbre en el contexto externo.
FUTURO A CORTO PLAZO SEGÚN EL BANCO MUNDIAL[15]
Es probable que los EMDE importadores de materias primas sufran consecuencias adversas notables debido a un deterioro de los términos de intercambio, un debilitamiento del crecimiento de las economías avanzadas, una desaceleración del comercio y un endurecimiento sustancial de las condiciones financieras debido al aumento de la inflación y los mayores costos de endeudamiento. Por el contrario, algunas EMDE exportadoras de materias primas (especialmente las exportadoras de energía) pueden, en última instancia, beneficiarse de fuertes aumentos en los precios de las materias primas si se traducen en una mejora sostenida de sus respectivos términos de intercambio.
La guerra aumenta varios riesgos para las perspectivas a corto plazo. Podría agravar las tensiones geopolíticas, desencadenar una intensa tensión financiera, empeorar las crisis de refugiados, exacerbar la inseguridad alimentaria, amplificar las presiones inflacionarias y debilitar aún más los motores del crecimiento a largo plazo. Estos riesgos están interrelacionados y se amplifican mutuamente y posiblemente podrían conducir a un freno de la economía mundial. A continuación se desarrollan:
· Tensiones geopolíticas y mayor incertidumbre. Las acciones de Rusia y las respuestas de otros países han aumentado considerablemente el nivel de riesgo geopolítico, debilitando la confianza y probablemente presagiando un período de gran incertidumbre política. La alta incertidumbre política se asocia con una inversión y un comercio más débiles, ya que las empresas buscan protegerse contra resultados adversos.
· Mayor inflación y endurecimiento acelerado de la política monetaria. Las presiones inflacionarias provocadas por el aumento de los precios de las materias primas y los alimentos pueden acelerar el endurecimiento de la política monetaria, aumentar el riesgo de estanflación y aumentar la pobreza y la desigualdad.
· Estrés financiero. La guerra podría empeorar el sentimiento de aversión al riesgo en una variedad de EMDE, mientras que la mayor volatilidad en los mercados podría escalar y aumentar el estrés financiero. Con los niveles de deuda ya en máximos históricos y las perspectivas de crecimiento a largo plazo debilitadas por la pandemia de Covid-19, los inversores podrían empezar a reevaluar la sostenibilidad de la deuda de algunos países.
· Crisis de refugiados. Más de 4.7 millones de personas han huido de Ucrania desde la invasión rusa. La guerra en Ucrania, con más del doble de la población de Siria (44 millones frente a 18 millones), ha hecho que muchos busquen seguridad en el extranjero, en su mayoría mujeres y niños. Acomodar la llegada repentina de un gran número de refugiados con grandes necesidades es un desafío para los países de acogida que ejerce presión sobre las finanzas públicas y la prestación de servicios básicos.
· Aumento de la inseguridad alimentaria y energética. Las interrupciones en la producción de productos básicos podrían exacerbar la inseguridad alimentaria y energética. La guerra está interrumpiendo gravemente el envío de productos agrícolas a través de los puertos de Ucrania y Rusia. Un conflicto prolongado podría reducir gravemente la producción agrícola de Ucrania a corto plazo y afectar la futura producción agrícola mundial al aumentar drásticamente el precio de los insumos, incluidos los fertilizantes. La menor disponibilidad mundial de cereales, en particular el trigo, podría hacer que los precios de los alimentos subieran aún más en las EMED, lo que provocaría un aumento de la inseguridad alimentaria. Los países con una alta proporción de granos y semillas oleaginosas importados en su canasta de consumo están particularmente en riesgo.
PUNTOS CLAVE Y TEMAS A CONSIDERAR
· La guerra ha erosionado notablemente las perspectivas económicas mundiales a corto plazo. El impacto económico mundial inicial ha sido principalmente a través de los mercados de productos básicos. Los precios de las materias primas que suministran Rusia y Ucrania, incluida la energía, el trigo, los fertilizantes y algunos metales, son mucho más altos.
· Por el lado humanitario, de acuerdo con datos de la UNHCR “Operational Data Portal: Ukraine Refugee Situation”, la invasión de Rusia a Ucrania está provocando una intensa crisis humanitaria. Se estima que más de 12 millones de personas han sido desplazadas y más de 13 millones requieren asistencia humanitaria urgente.
· La FAO declaró el pasado sábado 11 de junio que la reducción de las exportaciones de trigo y otros productos alimenticios de Ucrania y Rusia generan el riesgo de dejar entre 11 y 19 millones de personas más con hambre crónica durante el próximo año.
· Desde el comienzo de la guerra, los precios del carbón se han disparado en un 60 por ciento y el gas natural europeo en más del 30 por ciento. Los precios del crudo Brent alcanzaron un máximo de 10 años de $130 por barril a principios de marzo cuando el Reino Unido y EE. UU. prohibieron las importaciones de petróleo ruso; sin embargo, los precios luego cayeron a cerca de $110 por barril.
· Si Rusia reduce las exportaciones de petróleo crudo y/o gas natural a Europa, los precios regionales aumentarían aún más: las exportaciones rusas representan más del 35% de las importaciones de gas natural de la zona del euro, más del 20 % del petróleo y el 40% del carbón, según estimaciones del IMCO.
El FMI declaró que el daño económico causado por el conflicto contribuirá a una desaceleración significativa del crecimiento mundial en 2022 y atizará la inflación.
STRAD INFORMACIÓN
[1] BANCO MUNDIAL. Revisado el 29 de junio de 2022. https://thedocs.worldbank.org/en/doc/5d903e848db1d1b83e0ec8f744e55570-0350012021/related/Implications-of-the-War-in-Ukraine-for-the-Global-Economy.pdf [2] EL ECONOMISTA. Revisado el 29 de junio de 2022. https://www.eleconomista.com.mx/economia/Ucrania-sube-tasa-a-25-para-enfrentar-la-guerra-20220602-0115.html [3] https://data.unhcr.org/en/situations/ukraine [4] SUPTNIK NEWS. Revisado el 29 de junio de 2022. https://mundo.sputniknews.com/20220308/rusia-el-pais-mas-sancionado-del-mundo-1122783261.html [5] BANCO MUNDIAL. Revisado el 29 de junio de 2022. https://www.worldbank.org/en/publication/global-economic-prospects [6] BANCO MUNDIAL. Revisado el 29 de junio de 2022. https://thedocs.worldbank.org/en/doc/5d903e848db1d1b83e0ec8f744e55570-0350012021/related/Implications-of-the-War-in-Ukraine-for-the-Global-Economy.pdf [7] NY TIMES. Revisado el 29 de junio de 2022. https://www.nytimes.com/es/2022/06/12/espanol/opinion/crisis-alimentos-hambruna.html [8] HCID. Revisado el 29 de junio de 2022. https://atlas.cid.harvard.edu/countries/228/export-basket [9] NY TIMES. Revisado el 29 de junio de 2022. https://www.nytimes.com/es/2022/06/12/espanol/opinion/crisis-alimentos-hambruna.html [10] NY TIMES. Revisado el 29 de junio de 2022. https://www.nytimes.com/es/2022/06/12/espanol/opinion/crisis-alimentos-hambruna.html [11] BANCO MUNDIAL. Revisado el 29 de junio de 2022. https://thedocs.worldbank.org/en/doc/5d903e848db1d1b83e0ec8f744e55570-0350012021/related/Implications-of-the-War-in-Ukraine-for-the-Global-Economy.pdf [12] IMCO. Revisado el 29 de junio de 2022. https://imco.org.mx/la-invasion-de-ucrania-y-la-cuarta-crisis-petrolera/ [13] IMF. Revisado el 29 de junio de 2022. https://www.imf.org/es/Publications/WEO/Issues/2022/04/19/world-economic-outlook-april-2022 [14]ONU. Revisado el 29 de junio de 2022. https://news.un.org/es/story/2022/04/1507802 [15] BANCO MUNDIAL. Revisado el 29 de junio de 2022. https://thedocs.worldbank.org/en/doc/5d903e848db1d1b83e0ec8f744e55570-0350012021/related/Implications-of-the-War-in-Ukraine-for-the-Global-Economy.pdf
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